domingo, 1 de diciembre de 2013

"Ruta Cultural" por La Cabrera

Todo el mundo conoce la enorme mole granítica que de formas rocambolescas, escarpadas y de paredes casi verticales se hiergue majestuosa casi abrazando al municipio al que da nombre.
Hoy, gracias a Pepe, el propietario de la Hípica Cabalcampo, también hemos conocido otras "Cabreras" y lo que él llamó "la ruta cultural".
Tanto y bien habíamos hablado  de las rutas anteriores con Cabalcampo que  cuando comenté  distintas opciones para la de hoy, Teresa no lo dudó, "el sitio de La Cabrera al que ya habeis ido varias veces y que tanto os gusta". Pues "pallá" que vamos, nosotros y todos los vientos de la caja de Pandora y de todas las cajas del universo.
Tapados hasta las orejas, con braga al cuello y más capas que una cebolla iniciamos la ruta.
Como Pepe sabía la zona por la que andaba un grupo de cazadores y no quería que hicieramos de blanco, cosa que le agradecemos, decidió ir por la que denominó "ruta cultural".
La primera parada fue la Casa Museo de su amigo el escultor uruguayo Luis Berruti quien en busca de un elemento que consideraba imprescindible para su trabajo, la luz, se instaló en ese extraordinario paraje allá por el año 1994.
El jardín, que es por donde deambulamos, caballos incluidos, es un museo-taller  abierto, al aire libre. En él numerosas esculturas, pinturas y cerámicas se suceden y se mezclan en el fantástico entorno natural que rodea al taller. Las esculturas son sus obras más sobresalientes. Son piezas robustas, de proporciones descomunales y gran volumen, hechas con materiales reciclados, de hierro combinado con cristales y cemento, y muy duros y resistentes, para que perduren en espacios abiertos
Desde allí iniciamos la subida al convento de San Antonio. Si minutos antes las figuras en hierro de Berruti parecían cobrar vida propia, ahora, las enormes piedras de la montaña granítica que jalonaban la subida parecían representar formas grotescas, también animadas. Algunas en unos escorzos imposibles parecían estar a punto de rodar ladera abajo hacia nosotros.
El convento, de estilo Románico, dicen los especialistas que probablemente se comenzó a construir en el siglo XI o en la primera mitad del XII.
Está realizado en mampostería de granito como no podía ser de otra forma estando situado en La Cabrera. Su elemento arquitectónico más importante es la iglesia que a pesar de sus reducidas dimensiones, nos dijeron que presenta una estructura de cierta complejidad, con cinco ábsides, tres naves y crucero, y como no pudimos verla por dentro ya tenemos excusa para volver.
Despues de las fotos al pie del convento comenzamos la bajada. Buena parte de ella  entre enebros, encinas y robles, sobre todo del tipo "melojo", muy abundantes en esta zona por soportar bien tanto la sequía como las heladas.
La bajada desembocaba en una pradera en la que nos dimos una más de las muchas galopadas que nos permitimos en esta ruta.
Pepe en todas sus rutas sabe dosificar e intercalar los momentos de vistas panorámicas espectaculares en los que se agradece ir al paso saboreando cada una de las bellísimas imágenes con otros al trote y al galope.

El haber sido un grupo pequeño nos ha permitido hacer una ruta más alegre y rápida que en otras ocasiones. Nos va a costar mucho olvidarla. Gracias Pepe, gracias Cabalcampo.
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P.S.
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